Mi agradecimiento a la maestra Reyna Hernández Haro, por incentivarme a escribir este "saludo literario", para compartir, aunque de lejos, con el pueblo mexicano:
Sobre los Procesos Creativos en
Literatura
(Breves alcances
sobre la importancia del camino en el oficio de escribir)
Tal como está
diseñado en cada aspecto de la vida, en la creación literaria existe un camino
particular que recorrer antes de llegar la obra deseada o concluida. Son estos
procesos o hilar de sucesos los que, a mi parecer, enriquecen sobremanera el
producto final.
Con el arte, bien lo sabemos, no se
lleva el concepto de lo instantáneo. Al
contrario, cada paso transitado en busca de lo anhelado resulta emocionante,
conmovedor y hasta mágico. Naturalmente, lo expresado no tiene que aplicarse
como un axioma o verdad inapelable. Somos tan diversos los seres humanos, tan
singulares en virtudes, inclinaciones, perspectivas y defectos, que cada cual
tendrá su método de preferencia en particular.
Si nos atenemos a
la escritura en prosa, sea breve o extensa, es muy posible que un método de
rigor sea provechoso y logre regularmente los frutos deseados. Un proceso de
ese tipo, suele constar de pasos muy marcados, recurrentes y abundantes en
palabras que, según la destreza del autor, llegarán o no a buen puerto.
Sin embargo, la
poesía es tema aparte. Soy una convencida – y así me lo dicta mi
experiencia- que para “atraparla”, debe
haber una gran cuota de inspiración: un estado especial de sensibilidad en el
alma que unida al buen manejo de los recursos literarios necesarios, logrará
verter en el papel o pantalla, una muestra de humanidad, ya sea al expresar
amor, dolor o rabia. Un considerable respeto por el lenguaje unido a una pizca
de sazón de magia, y allí lo tenemos: nuestro poema emerge ante nuestros ojos
como un milagro de expresión que muchas veces, ni nosotros podemos creer.
Ese acto creativo
se podrá valorar o calificar de mil maneras, pero, insisto en expresar mi
humilde opinión: su valor intrínseco, más allá de la belleza o el impacto que
provoque en el receptor, es que ayuda a reconocernos. Es, lisa y llanamente
nuestro reflejo: a veces conocido, otras ignorado, pero allí estamos, desnudos
frente al espejo de nuestros ojos y de quienes nos leen o escuchan. Cada paso
del proceso que nos transporta a este instante, resulta, ni más ni menos, que
una parte insoslayable de la Vida misma.
Amanda Espejo / Quilicura / octubre – 2016
Biblioteca Pública del Estado de Jalisco / Día de la Escritora