Lo erótico en la escritura de Amanda Espejo
Por Ema Jard Bascuñan
La literatura
erótica no siempre es permeable y se
confunde con la gesta épica del haber en la palabra, pero subsiste el acerbo
sensual en el territorio por donde transita. Nada fácil para no degenerar
estéticamente un texto y que el verbo se confunda. Esto a propósito de la
lectura de No hay más que esto de la
poeta Amanda Espejo, que me hace
poner entre ceja y ceja a esta ascética escritora por su austeridad y sencillez
con que cruza los paramos de la vida.
Su escriturial incluye
este libro editado por Ediciones del Taller, sus logros en diversos certámenes de poesía y premios en cuento, mas
sus lecturas que mitigan el acercamiento a lo real y sustancioso que inclina su
literatura. Incursiona además en perfomances, cine video, ilustraciones y
muestras.
No hay contrariedad en sus textos,
los cuales desmenuzan lo deseable de la carne y huesos del juego placentero. Su
poesía bien construida demuele las imperfecciones de este género que habitualmente
incurre en un discurso banal e impersonal de la sensualidad. Acatamos que su
quehacer cruza la articulación de la palabra y se encuentra en el des/hacer de
la vida como transito del Eros. He aquí no hay más que esto “Tú mi propia
imagen / la esencia que me completa, / mi regalo de los dioses (mi castigo). /
Tú, el amor desnudo, sin más nombres / que la Voluntad
Eterna de todas las cosas” *
Hay búsqueda en su lenguaje y el
conocimiento del ser. A la vez, el amor in situ de su propio goce en términos
de crear literatura sensual para bien de su poesía.
Amanda Espejo aclara
con la cestada palabra, su ámbito de incurrencia hacia el amor sin
confundirse en la travesía del erotismo y persevera una constante que puja el
dolor, la esperanza, lo femenino y lo que debe venir con la fuerza de la
naturaleza. Cabe destacar en esta autora, en su mirada, en su lenguaje, en sus
metáforas, el estrépito de su voz fecunda que grita, carcome, golpea, triza,
ama y siente la performance de su entrega,
lo cual genera el discurso de la otredad erótica en su ritmo lingüístico para
perseverar fucsialmente su grito de mujer. Es consecuente su poesía; abarca y
apela la sensualidad provocando con su palabra y es aquí donde se debe ser
minuciosa al discernir que existe la sutileza en ella para no hacer juicios
equívocos de su lectura. Amanda Espejo
ha generado ciertamente en su entorno la seriedad con que trata el tema de la
mujer y su sexualidad. No tropieza ni emancipa el academismo con su trabajo; se
sumerge, bracea y olímpicamente llega donde quiere llegar.
Es valioso el trayecto
de su literatura, aunque esforzado, y no decae ante la dualidad que a veces
ronda estos entornos. Da: “Lo que antes acallaba mis deseos / hoy, no es más
que pálido remedo / del trayecto de tus dedos / a la siga de mi centro” **.
Valioso el encuentro con su lectura.
Su libro de sutil factura y el tono artesano de su diseño entregan un plus que
acerca más a esta escritora a quien bien vale la pena situar en las ligas mayores de la poesía chilena.
* Antipoema del antiamor, Pág. 15
* * Nada, Pág. 52
Paso Hondo, Quinta región,
Valparaíso.
Marzo, 2012
Correo de la autora: emajard@gmail.com