viernes, 12 de agosto de 2011

Mi delirio / Ventoleras




VENTOLERAS



No es el viento quien hurgaba mi ventana
no es la brisa cálida ni el gélido aire del norte.

(Es un soplo indefinido el que te trae consigo)

Un hálito de origen, de certezas, duda y miedo
un respiro incandescente,
tensadura de la cuerda desde la punta al extremo.

Respingo de ventoleras  encabrítanme por dentro
y allí llegas…transportado,
en vuelo rasante, quedo…
sin mover ni un solo átomo ni célula de tu cuerpo.

Transmútense las esencias, las formas, tejido y huesos
hasta quedar suspendido a una cuarta de mi cuerpo.

(Rojas rosas destellantes laceran tu carne blanca)

Erízanse mis cabellos, las puntillas de mis senos
la lomatura del vientre y el largo de mis pestañas.

Tú tan bello en tus alturas……………………….
Yo, morena sin condiciones  como el pecado que arrasa.

No es necesario el acople…………………….
La mixtura de uno y otro confirma la semejanza.
Cada suspiro exhalado provoca un trastrocadero
de cruces en invertida, de círculos y ángulos rectos.

¡Ay, que destrozo por dentro
que placer en el dolor, que rasgar, que sobajeo!

La laguna de mis sábanas caldea en su plegadura
cada doblez de mi piel o recoveco de la tuya.

Y este viento huracanado en cada retorcimiento…
elévanos hasta el tope de un delirio somnoliento
validando en su locura mucho más que dura un sueño.

(Penetra, como una estaca de escarcha en el pecho medio)

Bramidos estrangulados caracolean mi espalda:
lamentos, quejido y goce, trizaduras del silencio:

“Mátame antes que mañana”

“Con tus puñales horádame…”

“Reháceme  de carne y alma”

Chillidos que se confunden con de las aves el canto.

(Despierta un gris blanquecino en los rincones del cuarto…)

Ahí te marchas, me abandonas , dejando sobre la cama
a ésta que se revuelca
de angustia, de gusto y rabia
por no poder revertir espirales ni mandalas
ni el rumbo del turbulento que se allega a mi ventana.



Amanda Espejo
Quilicura / 7/ 2011