martes, 31 de mayo de 2011

Mi ira / De un corte


DE UN CORTE


¿Sabes tú lo que es la rabia?
¿La impotencia?
¿La frustración repetida una y otra vez a lo largo de la vida sin que melle el cambio de sujeto a nuestro lado?

¿Haz oído rugir al monte o a ese viento que surge sin norte ni invierno?
¿Haz percibido el crujir del volcán increscendo que calienta nuestros pasos?
Realmente...¿sabes algo de lo que ocurre enfrente de tus narices?

Cada pregunta es un acicate a la ira, un leño que incrementa la hoguera del hastío.

Nada.

El hastío es frialdad sólo al comienzo.
Luego arde entre la furia de no poder soslayarlo.

Entonces...¿qué hago con esto?
¿Con esta furia que brota y se escurre por mis dedos, que los tensa, los curva y aprieta en el aire en busca de tu cuello?
¿Quieres que escriba poemas, un cuento costumbrista o un relato fantástico?
¡Una tirria sería el reflejo de lo nuestro!

Nada sale de mi boca como no sea desprecio.
Pena. De la amarga y de la negra
por este castrarse en vida a causa de la costumbre, de lo que digan, de lo que esperas.

Y este temblor retenido, este abrazo de muerte gestado a tu lado por cada falta, cada yerro, cada engaño...no ha de servir en vano llegado el momento.

¡Ay, de tus perversiones mi Mal Amado!
Y de ese existir cobarde que te tatúa el rostro.

La gota, por ínfima que sea ha de colmar el vaso.
Y el mío, de lleno empapa las sábanas, el cobertor y estos cuerpos que noche a noche agonizan en espera de un sólo gesto que ha de cortar por lo sano lo que de enfermo...
ya ES muerto.




Amanda Espejo
Quilicura / Enero 2011

jueves, 26 de mayo de 2011

Mis textos / En revista KOYAWE






En revista Koyawe # 37 publicaron dos textos míos: CASI, y EN ROUGE. Como ya los he publicado aquí antes, creí pertinente poner el enlace que hizo Rolando Revagliatti para poder leer la revista tranquilamente en forma virtual.
Agradecimientos sinceros a Luis Macaya (su editor y director), a Rolando por el plus extra, y también aprovecho a invitar a quien lea esta publicación,  escriban a Koyawe para interactuar con ellos en todo sentido. ¡Si les gusta, claro!

Aquí se puede leer hoja por hoja:




martes, 24 de mayo de 2011

Mis premios / Libros, libros y más......

Estos son los libros de Editorial Universitaria que escogí junto a Pablo:





  • La musiquilla de las pobres esferas, de Enrique Lihn.
  • La fe en el amor / La estupidez, de Armando Uribe Roa. 
  • *Antología del Cuento Fantástico Hispanoamericano siglo XX. Selección de Oscar Hahn.
  • Tierra adentro, de Marta Brunet.
  • De sueños azules y contrasueños, de Elicura Chihuailaf.
  • Contra la muerte, de Gonzalo Rojas.
  • El compadre, de Carlos Droguett.
  • El desorden de las imágenes, de Federico Schopf
  • Antología de Cuentos Hispanoamericanos, por Mario Rodríguez Fernández.
  • *Retratos de la antiguedad griega, de Gerardo Vidal Guzmán.
  • Antología de Ezra Pound, homenaje desde Chile.




Y esta es la parte del premio que más me encanta!


*Los títulos con asteriscos son encargo de personas muy especiales.
¡Ojalá le atine!

    viernes, 20 de mayo de 2011

    Mi palabra / Sobre algunos de....

    Sobre (algunos de) los encuentros literarios*.


    Un poquito antes de la "huída".

    Sabido es de sobra cuan atractivo resulta para quienes escriben (y me cuento entre ellos) tener la oportunidad de leer los textos propios. Es por ello que, usualmente, vamos rondando de tertulia en tertulia o encuentro poético afín, para lograr, en algunos de ellos, la instancia propicia. En el afán, también podemos actuar de organizadores de aquellos y, de esa forma, aumentar la posibilidad de ser escuchados. El caso es que, en un país tan prolífico en cuanto a poetas o aspirantes de serlo, pareciera ser no se da a vasto para satisfacer a la cantidad existente de posibles participantes. Además, tal como todo asunto de oferta y demanda, el poco equilibrio entre uno y otro aspecto provoca afanes desmesurados y rencillas subyacentes entre la amplia “masa” de espera a una mesa de lectura, o por un micrófono de pie, o en el peor de los casos, de una esquina “top” para intervenir con una “acción poética de vanguardia”, según los optimistas realizadores de la propuesta.
    Todo lo esbozado nace como inquietud personal en mí a propósito del último encuentro al que tuve ocasión de asistir: “DescentralizaciónPoética en El Canelo de Nos”. Quiero aclarar de antemano que mis dudas surgen independientemente al nombre y lugar del encuentro, sencillamente, brotaron por azar o, tal vez, porque las cosa pasan “cuando tiene que ser”.
    Aquella tarde, mientras esperaba “mi mesa” y después de cinco horas de permanencia en la actividad, ya promoviendo el stand de Ediciones del Taller, o en atenta escucha del desfile de poetas con sus intermedios musicales, vínome una sensación de agobio tan profunda cuyas causas – en ese momento – fuéronme imposibles de definir. Traté, objetivamente, de identificarlas más o menos así:
    1.  En primer lugar, lo extenso del tiempo de espera, cosa que no es culpa de nadie excepto, mía, en mi afán de mostrar nuestras publicaciones a mayor cantidad de público en tráfico.
    2. Segunda causa: el respeto que siento (y pienso, todos deberíamos tener) por lo que lee nuestro par. Como consecuencia, estuve la mayor parte de las cinco horas escuchando los poetas que se sucedían en forma ininterrumpida.
    3. El tercer factor fue – y esto inevitable – lo “variopinto” que resulta un encuentro de esas características. Algo que puede resultar muy enriquecedor al ser presenciado por segmentos, se convierte en “desestabilizador” al oficiar de oyente en forma continua, y “ojo”, que me refiero a hacerlo con atención.
    4. En cuarto lugar, y ello es lo que más me desanima, es lo descarnadas que pueden resultar estas instancias para el análisis interior de la especie humana. Aquí, y aunque no lo crean, se dejan entrever sin un mínimo de vergüenza muchas de las falencias de convivencia que preferimos no auscultar en el día a día. Se habla, no lo niego, se participa y socializa harto, pero…..¿cuánto de ello no pasa de ser un gesticular de los dientes para afuera?
    Con una sonrisa preciosa (apropiada para un posible flash, nunca se sabe…) se brindan abrazos a diestra y siniestra, a la par de unas leves pinceladas de “ubicatex” consistentes en dar fe de nuestra vigencia en el medio: ¿Fuiste al encuentro tanto? ¿Estuviste en tal lanzamiento? ¿Te invitaron a ese recital? ¿Publicaste en esa editorial? ¡Ah, qué bueno! Te felicito. Ellos te dan respaldo. Yo estoy por acabar mi…sí, me prologó…tantito, fulanito y merenganito. Los conozco a todos, claro, fuimos juntos al encuentro internacional de…................................................
    Stand de Ediciones de Taller en Nos.

    Y así van dando las coordenadas cada cual de su propia labor literaria sin que al otro, al que escucha, le importe un pepino, porque a él ( ella), igual que casi a todo el mundo, lo único que le importa es dar testimonio de sus muchos logros que lo califican, sin lugar a dudas, a ostentar la orden del “Gran Pavo Real”, esa con la cual muchos se pavonean orondos, con sus plumas multicolores, desde tiempos pretéritos, aquí y en la quebrada del ají.

    Todas estas visones, exageradas por cierto, se sucedían a una velocidad vertiginosa dentro de mi cabeza, a tal punto, que a la hora de enfocarme en una lectura en particular, no pude hacerlo. Cooperó para ello la actitud tan en boga en nuestros días de ciertos poetas jóvenes que juran y re-juran que ellos descubrieron la fórmula de revolucionar el medio literario y todos sus alrededores, incluidos los submundos tan de moda. Ellos son “la” vanguardia, sin ni siquiera estudiar un poco la palabrita como para darse cuenta que vanguardia ha habido siempre y que todas, irremediablemente, un día lo son y al otro, fueron.
    Es por ello que llegué al quinto punto. Porque sin evitarlo estaba siendo parte de un momento que para mí, ya se había desvirtuado y no se iba a recomponer por apetitoso que fuese el cóctel de cierre.
    ¿Para qué escribimos realmente?
    Muchos son los que se han hecho esa pregunta a través de la línea de tiempo, y no cabe duda que nos la seguiremos haciendo mientras tengamos algo de conciencia en nuestra intimidad. Las respuestas han de ser tan singulares como lo somos los seres humanos, pero, en mi caso en particular, lo que me concierne es MI PROPIA RESPUESTA, por coherencia, por consecuente y por todos los sinónimos resultantes de esta idea.
    ¿Qué hice entonces? Me vine. Me vine sin esperar “mi mesa” de lectura, aquella por la cual había bregado (y jodido) tanto, y les juro………que me sentí como nunca. Livianita, liberada, con los pies en la tierra o en las nubes, según la óptica con que se mire, pero segura de que era YO quien retornaba a casa. Yo junto a mi compañero, siempre solidario él, y a quien le costó bastante comprender mi reacción. La verdad, yo tampoco pude explicarle bien todas mis sensaciones interiores, pero para simplificar, le confesé que para mí, las plumas estaban muy bien en las aves, en algunos abanicos y hasta en el tocado de una hermosa vedette, pero en mi cabeza….nunca. Sucede que marea su especial cosquilleo, y a mi edad …yo ya no puedo trastabillar.


    Amanda Espejo
    Quilicura / Mayo / 2011


    * Reafirmar que esta visión personal no alude a los espacios en que se logra, sin saber la fórmula exacta, una atmósfera grata (y hasta mágica)percibida por la mayoría como tal.

    viernes, 13 de mayo de 2011

    Mi regalo / 1° lugar Concurso de Cuentos BC Magazine




    Hace muy poco tiempo, Mariela, una de mis hijas llegó con unas bases impresas con los datos para participar en un concurso de cuentos. la convocatoria, en nombre de la Revista BC Magazine, llamaba a escribir una historia de mujer, o sea, personajes femeninos con sus siempre importantes temáticas. "Anímate - me dijo...- hace tiempo que no mandas nada y a ti te gusta participar". Me animé entonces (la verdad,más por ella que por mí), y mandé mi cuento. Con agrado supe hace un par de días que estaba entre las finalistas, y ayer, día de la premiación, tuve una sorpresa de verdad inesperada cuando me fue otorgado el primer lugar, junto a un precioso ramo de flores (que me encantan), y un premio consistente en libros de la Editorial Universitaria. ¿Qué mejor? ¡Ah!, y lo que más me gusta, es que lo van a publicar en la revista y así lo leerá mucha gente.
    Estas imágenes son del momento, y contiene mi alegría y el cariño de quienes me acompañaron en esta ocasión: mi Pablo, Nancy Molina y Laura, mi hermana. Lichazul no pudo venir, pero sé que estuvo con el corazón.
    Gracias a todos (Revista BC, editorial, acompañantes y a nuestra amada presencia)por el gratísimo momento regalado!